Según el antropólogo francés Marc Augé, un lugar es un espacio fuertemente simbolizado. Es decir, que es un espacio en el cual podemos leer en parte o en su totalidad la identidad de quienes lo ocupan, las relaciones que mantienen y la historia que comparten. Como contrapartida, llama no-lugares a los espacios en donde esta lectura no es posible.
Si bien ambos espacios se yuxtaponen, se encajan y por eso tienden a parecerse, la apropiación que de ellos hacen los sujetos es diferente en cada caso.
La dicotomía público/privado pareciera ilustrar el concepto anterior, en tanto percibimos una notable diferencia entre nuestra actitud dentro de este espacio público que es la facultad y nuestro comportamiento en nuestro ámbito más intimo.
Esta actitud parece resumirse en lo siguiente: lo privado es mío, lo conseguí con mi esfuerzo, si no lo cuido yo no lo cuida nadie. Por contraste, lo público “es de todos”, frase que cae en el vacío cuando cada uno de los que conforman ese todo espera que algún otro se ocupe, sin apropiarse realmente del espacio ni de lo que en él ocurre.
Papeles en el piso, paredes y bancos dañados, baños descuidados y/o clausurados, vidrios rotos, ausencia de paneles en los techos, falta de limpieza e higiene y cañerías tapadas son algunas de las marcas que dejan en evidencia esta falta de apropiación y nos llaman a reflexionar al respecto de esta situación que consideramos problemática.
Si bien ambos espacios se yuxtaponen, se encajan y por eso tienden a parecerse, la apropiación que de ellos hacen los sujetos es diferente en cada caso.
La dicotomía público/privado pareciera ilustrar el concepto anterior, en tanto percibimos una notable diferencia entre nuestra actitud dentro de este espacio público que es la facultad y nuestro comportamiento en nuestro ámbito más intimo.
Esta actitud parece resumirse en lo siguiente: lo privado es mío, lo conseguí con mi esfuerzo, si no lo cuido yo no lo cuida nadie. Por contraste, lo público “es de todos”, frase que cae en el vacío cuando cada uno de los que conforman ese todo espera que algún otro se ocupe, sin apropiarse realmente del espacio ni de lo que en él ocurre.
Papeles en el piso, paredes y bancos dañados, baños descuidados y/o clausurados, vidrios rotos, ausencia de paneles en los techos, falta de limpieza e higiene y cañerías tapadas son algunas de las marcas que dejan en evidencia esta falta de apropiación y nos llaman a reflexionar al respecto de esta situación que consideramos problemática.
Aquellas situaciones que nuestra mirada va adoptando como natural cuando en un principio causaban molestia o sorpresa, luego de observarse continua y cotidianamente parecen hacerse invisibles. Se nos termina acostumbrando el “ojo” y dejamos de darle sentido o relevancia. ¿Qué es lo que hace que una situación que en principio causa extrañeza comience a integrarse a una imagen que concebimos como habitual? Falta de expectativa en la producción de un cambio, escepticismo de quienes podrían provocarlo, ausencia de compromiso de uno, de cada uno y del “todos” que termina siendo “nadie”, por la creencia de que la responsabilidad siempre es de otro/s.
En base a estas inquietudes y motivados por el seminario, decidimos intervenir mediante una serie de acciones, bajo la consigna “Hagamos Facultad”, destinadas a resignificar esta situación (que, por habitual, pasaba desapercibida), sacarla del engranaje habitual, desarticularla del paisaje cotidiano y provocar un nuevo movimiento, un nuevo significado.
Fue así que, como primera medida, nos abocamos a la producción de una pieza audiovisual que aglutinara los que, a nuestro entender, representaban los principales síntomas de la problemática planteada. Nuestro objetivo fue resaltar estos síntomas, generar cierto impacto y llamar la atención con el fin de generar un disparador que pudiera abrir un debate en la conciencia de cada uno que lo mirara. En sí, desintegrar esa imagen que llegamos a concebir como habitual y devolverle su extrañamiento.
Para lograr la difusión y redifusión de nuestra pieza audiovisual, lo subimos al sitio Youtube.com, el cual, a través de un enlace, nos permitió su sindicación en un Blog y una cuenta de Facebook, espacios que creamos especialmente para la intervención del espacio virtual.
Para generar incertidumbre y motivar a la comunidad educativa a interesarse por nuestro trabajo, diseñamos dos series de carteles tamaño A4 que fueron colocados en diversos sitios estratégicos de la facultad. El primero consistió en un ojo gigante y abierto y la frase “Próximamente te estaremos observando” y su función fue la de llamar la atención y generar cierta expectativa, ya que no aclaraba de qué se trataba. El segundo cartel, consistió en un ojo similar, pero esta vez cerrado y en blanco y negro, y una leyenda que en tono más amenazante rezaba “Quisieron censurarnos, pero no pudieron” junto con la dirección de nuestro blog. Su función en este caso fue, además de intentar mantener ese halo de misterio, incentivar al público a ingresar al blog y conocer de qué se trataba.
En lo que hace a los resultados obtenidos, consideramos que, pese a la relativa difusión que logramos de nuestra intervención y al interés que parece haberse generado al respecto al material audiovisual, no hubo un feedback importante por parte del público ni una discusión manifiesta y espontánea acerca del tema en los espacios habilitados por el grupo: comentarios aislados, algunas felicitaciones y críticas en forma personal. Los motivos pueden ser varios y probablemente estén relacionados con la pasividad del público como de nuestra incapacidad de revertirla.
Pese a esto, y teniendo en cuenta que es nuestra primera experiencia en una intervención, la valoramos como tal y esperamos que nos motive a realizar futuros proyectos previendo estas cuestiones.
En base a estas inquietudes y motivados por el seminario, decidimos intervenir mediante una serie de acciones, bajo la consigna “Hagamos Facultad”, destinadas a resignificar esta situación (que, por habitual, pasaba desapercibida), sacarla del engranaje habitual, desarticularla del paisaje cotidiano y provocar un nuevo movimiento, un nuevo significado.
Fue así que, como primera medida, nos abocamos a la producción de una pieza audiovisual que aglutinara los que, a nuestro entender, representaban los principales síntomas de la problemática planteada. Nuestro objetivo fue resaltar estos síntomas, generar cierto impacto y llamar la atención con el fin de generar un disparador que pudiera abrir un debate en la conciencia de cada uno que lo mirara. En sí, desintegrar esa imagen que llegamos a concebir como habitual y devolverle su extrañamiento.
Para lograr la difusión y redifusión de nuestra pieza audiovisual, lo subimos al sitio Youtube.com, el cual, a través de un enlace, nos permitió su sindicación en un Blog y una cuenta de Facebook, espacios que creamos especialmente para la intervención del espacio virtual.
Para generar incertidumbre y motivar a la comunidad educativa a interesarse por nuestro trabajo, diseñamos dos series de carteles tamaño A4 que fueron colocados en diversos sitios estratégicos de la facultad. El primero consistió en un ojo gigante y abierto y la frase “Próximamente te estaremos observando” y su función fue la de llamar la atención y generar cierta expectativa, ya que no aclaraba de qué se trataba. El segundo cartel, consistió en un ojo similar, pero esta vez cerrado y en blanco y negro, y una leyenda que en tono más amenazante rezaba “Quisieron censurarnos, pero no pudieron” junto con la dirección de nuestro blog. Su función en este caso fue, además de intentar mantener ese halo de misterio, incentivar al público a ingresar al blog y conocer de qué se trataba.
En lo que hace a los resultados obtenidos, consideramos que, pese a la relativa difusión que logramos de nuestra intervención y al interés que parece haberse generado al respecto al material audiovisual, no hubo un feedback importante por parte del público ni una discusión manifiesta y espontánea acerca del tema en los espacios habilitados por el grupo: comentarios aislados, algunas felicitaciones y críticas en forma personal. Los motivos pueden ser varios y probablemente estén relacionados con la pasividad del público como de nuestra incapacidad de revertirla.
Pese a esto, y teniendo en cuenta que es nuestra primera experiencia en una intervención, la valoramos como tal y esperamos que nos motive a realizar futuros proyectos previendo estas cuestiones.
